Educación, entre el mercado y la felicidad

“La educación es el motor que promueve la competitividad de la economía y el nivel de prosperidad de un país. El nivel educativo de un país determina su capacidad de competir con éxito en la arena internacional y de afrontar los desafíos que se planteen en el futuro”. (Preámbulo del anteproyecto de la LOMCE, Ley Orgánica de la Mejora de la Calidad Educativa)

Yo no quiero que sea el mercado el que determine la educación de nuestros hijos. No quiero volver a una escuela del pasado, con reválidas y aulas masificadas. Creo en la escuela pública y laica, y en la igualdad de oportunidades. Y en las palabras de Francesco Tonucci. Una maestra me manda un vídeo con una reflexión de Tonucci, un psicopedagogo italiano.

“La educación no puede ser competitiva. Lamentablemente, la sociedad es competitiva, el mercado es competitivo. La educación  debe ser cooperativa. La escuela debe enseñar a los niños a vivir juntos, a ayudarse, especialmente en un momento como el de hoy. La escuela sigue teniendo una función muy fuerte a nivel social, para que los niños aprendan a sumar conocimientos y no a competir entre ellos. El motor de todo esto no puede ser el mercado, sino debe ser la felicidad”.

3 comentarios

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3 Respuestas a “Educación, entre el mercado y la felicidad

  1. Oscar

    Es una pena pero el psicopedagogo da en la diana: vivimos en una sociedad altamente competitiva, en lugar de cooperativa. Los renacuajos de hoy quieren ser Messi, ganar y ganar. Mi hijo mayor, de 12 años, comienza ya a vislumbrar vagamente un futuro laboral, y siempre me pregunta que cuáles son las profesiones donde se gana más dinero. ¿Sabéis dónde recibí yo un chute de espíritu competitivo tras acabar la carrera? Siendo empleado de la CAI. Eso sí, cuanto ya tocaba hacerme fijo me enviaron de patitas a la calle con la excusa de que en ese momento no había necesidad de personal. Y hasta hoy. Por eso yo coopero, no compito, y animo a todo el mundo a hacer lo mismo. Feliz Navidad a todos!!!

  2. Me surgen varias dudas: Si, como dice ese preámbulo, «la educación es el motor que promueve la competitividad económica de un país», ¿por qué tantos recortes a la escuela pública? Si «el nivel educativo de un país determina su capacidad de competir con éxito en la arena internacional», ¿por qué las asignaturas de inglés y religión tienen el mismo peso curricular en la escuela pública desde primer curso de Infantil?
    Yo creo en una escuela pública con recursos públicos reales, mon maestros y profesores implicados, con igualad de oportunidades, donde se aprenda por placer, donde la curiosidad, la actitud y los proyectos en equipo se valoren y donde los exámenes sean mera anécdota.

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