Índice de Felicidad Humana

En tiempos de turbulencias, crisis, dramas griegos, mercados omnipotentes, miedo… también se puede hablar de otras cosas, ¿no? Mi hermana me manda desde su  rincón del mundo (ahora, Ecuador; mañana, donde les lleve la bici, ver slowcicle) información sobre el Índice de Felicidad Humana.

Hay muchas maneras de clasificar y hacer listas de países. Normalmente se toman las grandes cifras macroeconómicas, como el Productor Interior Bruto (PIB), y así se calcula qué lugar ocupamos en la lista de los más ricos y los más guapos. Encabezan la lista de PIB por habitante Luxemburgo y EE.UU., y España ocupa el puesto 35º.

Hace unos años, desde distintos organismos y ONG se empezó a hablar del Índice de Desarrollo Humano (IDH). Según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), este indicador tiene en cuenta tres elementos: la esperanza de vida; el nivel de alfabetización y escolarización; y la renta, esto es, el PIB por habitante. En esta lista, los más desarrollados son Canadá y Noruega, y España es el 21º.

Y ahora va mi hermana y me habla del Índice de Felicidad Humana (diseñado por una fundación independiente, NEF), una versión un tanto peculiar del anterior. Contempla más variables, como las expectativas de vida, la percepción subjetiva de felicidad y la huella ecológica. En este listado, los primeros son Costa Rica, República Dominicana y Jamaica. EE. UU. ocupa el puesto 14º, y España, el 76º.

Sin entrar a valorar cómo se hace esta lista, al menos da qué pensar. ¿Cómo se mide la felicidad? ¿Qué variables se usan? ¿Quién es más feliz? ¿El que tiene más dinero? ¿Un coche más grande? ¿Un puesto más alto? ¿Una casa en la playa? ¿Más hijos? ¿Menos hijos? ¿El que come más ternera o el que bebe más zumos de mango? ¿El que madruga más o el que trasnocha? ¿El que vive en un sitio con más horas de sol? ¿El que va más en bici? ¿El que escala más árboles? ¿El que lee más libros? ¿El que corre? ¿El que no corre? ¿El que hace lo que quiere?

Y no soy la única que habla de estas cosas. Leo que este fin de semana se celebraba en Zaragoza un congreso sobre el futuro de la felicidad.